miércoles, 9 de junio de 2010

Tengo varios recuerdos vagos de mi infancia,
veo a la niña tímida, pero feliz, despreocupada
por lo que giraba alrededor.
Viviendo en su mundo día a día, sin pensar
en el pasado, ni en el presente, sin pensar en mucho menos
en el futuro incierto que le esperaba.
Ese futuro que en alguna ocasión anheló a que llegara
a pasos agigantados, pensaba que al cumplir la mayoría
de edad sus problemas se resolverían,
no obstante sin imaginar que lo compondría solo sueños no alcanzados, sueños no iluminados por densa oscuridad.

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